domingo, 25 de marzo de 2012

Trabajo Diabetes - 2º ESO




Jesús, Pablo, Germán y Raúl. 2ºA E.S.O.                 (Marzo-2012)


1.  ¿Qué es la diabetes mellitus?

Las células metabolizan la glucosa para convertirla en una forma de energía útil; por ello el organismo necesita recibir glucosa (a través de los alimentos), absorberla (durante la digestión) para que circule en la sangre y se distribuya por todo el cuerpo, y que finalmente, de la sangre vaya al interior de las células para que pueda ser utilizada. Esto último sólo ocurre bajo los efectos de la insulina, una hormona secretada por el páncreas.
En la diabetes mellitus (popularmente conocida por diabetes) el páncreas no produce o produce muy poca insulina (diabetes tipo I) o las células del cuerpo no responden normalmente a la insulina que se produce (diabetes tipo II).
Esto evita o dificulta la entrada de glucosa en la célula, aumentando sus niveles en la sangre (hiperglucemia). La hiperglucemia crónica que se produce en la diabetes tiene un efecto tóxico que deteriora los diferentes órganos y sistemas y puede llevar al coma y la muerte si no es diagnosticada y tratada correctamente.
La diabetes no tratada puede afectar a los órganos de nuestro cuerpo y también a los vasos sanguíneos (arterias, venas y capilares) y la circulación de la sangre, el corazón, los riñones, y el sistema nervioso (cerebro, retina, sensibilidad cutánea y profunda, etc.).

2.  Primeros y principales síntomas de la diabetes

·        Se orina muchas veces y en cantidad (poliuria).
·        Aumento anormal del apetito (polifagia).
·        Incremento de la sed (polidipsia). 
·        Pérdida de peso sin razón aparente.
·        Fatiga o cansancio
·        Cambios en la agudeza visual, etc.
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 3. Clasificación de la diabetes

La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas de diabetes: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo), cada una con diferentes causas y con distinta incidencia.

Diabetes tipo 1 autoinmune
Este tipo de diabetes corresponde a la llamada antiguamente Diabetes Insulino dependiente o Diabetes de comienzo juvenil. Se presenta en jóvenes y en adultos también pero con menos frecuencia. El páncreas no produce nada de insulina. El diagnostico es alrededor de los 25 años de edad, y afecta a cerca de 4,9 millones de personas en todo el mundo.
Diabetes tipo 2
En estos casos el cuerpo sí produce insulina, pero, o bien, no produce suficiente, o no puede aprovechar la que produce y la glucosa no está bien distribuida en el organismo. Se observa en adultos, y se relaciona con la obesidad; anteriormente llamada diabetes del adulto o diabetes relacionada con la obesidad.
Diabetes gestacional
Aparece en el periodo de gestación (durante el embarazo) en una de cada 10 embarazadas. Después del parto la diabetes en la mayoría de las ocasiones desaparece. Una diabetes no controlada durante el embarazo puede provocar trastornos en la madre y/o fallecimiento del feto. También al nacimiento suelen ser bebés de gran tamaño debido al incremento de glucosa.
 El embarazo es un cambio en el metabolismo del organismo, puesto que el feto utiliza la energía de la madre para alimentarse, oxígeno entre otros. Lo que conlleva a tener disminuida la insulina, provocando en algunas ocasiones la diabetes gestacional.

4. ¿Cómo se trata la diabetes?

La educación del diabético es una de las acciones más efectivas para lograr un buen control de la enfermedad
Según el Ministerio de Sanidad y Consumo, el tratamiento de la diabetes se sustenta en seis pilares básicos:
 1 Plan de alimentación.
Un plan de alimentación va más allá de lo que se entiende por una dieta. Debe ser un proyecto individualizado y completamente adaptado a las necesidades de cada persona
2 Plan de ejercicio físico.
Debe fijarse un plan personalizado de ejercicio para cada persona. Lo ideal es hacer al menos 30 minutos diarios de ejercicio físico activo y preferentemente aeróbico (Caminar deprisa, bicicleta...).

3 Medicación.
Existen múltiples y variadas disposiciones farmacológicas para el tratamiento de la diabetes. Lo importante es seguir las normas que el médico indique tanto en la dosis como en los horarios.
La mayor parte de los tratamientos farmacológicos de la diabetes puede causar hipoglucemias (bajadas peligrosas de la cifra de glucosa en la sangre) y debes saber cómo evitarlas y como tratarlas si se presentan.

4 Hábitos generales de higiene.
Quizás el principal consejo que todo paciente con diabetes debe recibir es que no fume. El tabaco es un importante factor de riesgo cardiovascular en todos los ciudadanos pero el aumento de riesgo que origina en los diabéticos es mucho mayor.
El desarrollar hábitos que permitan una vida regular y ordenada, con horarios de comidas y de sueño regulares, horarios para el ejercicio físico pautado, son sumamente aconsejables.
Los cuidados e higiene de los pies del diabético y de la piel en general también son muy importantes.

5 Plan de autocontrol.
Todo paciente diabético debe ser instruido en las técnicas básicas del autocontrol de su enfermedad y en el aprendizaje de las acciones básicas que debe emprender ante las incidencias más comunes; cambios de horario, descompensaciones, hipoglucemias,... con el fin de alcanzar el mayor grado de autonomía posible.

6 Controles periódicos.
Una parte fundamental del tratamiento de la diabetes es la relacionada con los controles periódicos, no sólo en relación con la realización de pruebas analíticas que permitan afirmar o modificar el resto del tratamiento sino las relacionadas con la detección precoz de complicaciones de la enfermedad. Esto incluye detección precoz de la Retinopatía Diabética mediante el examen periódico del fondo de ojo por un profesional competente, detección de daño renal, control periódico de la tensión arterial o evaluación del riesgo cardiovascular global con las pruebas que sean necesarias.
Los controles periódicos deben servir al paciente diabético y al profesional que le atiende para evaluar los objetivos fijados y reajustarlos.

5.  La importancia de la dieta

Una alimentación equilibrada consiste de 50 a 60% de carbohidratos, 10 a 15% de proteínas y 20 a 30% de grasas, aunque para cada una de las personas diabéticas estas cantidades pueden variar y para ello los endocrinos deberán fijar una dieta totalmente personalizada para cada caso.
Un buen régimen alimentario se caracteriza por ser individual. Para ello debemos tener en cuenta la edad, el sexo, el peso, la estatura, el grado de actividad, clima en que habita, el momento biológico que se vive (por ejemplo una mujer en embarazo, un recién nacido, un niño en crecimiento, un adulto o un anciano), así como también la presencia de alteraciones en el nivel de colesterol, triglicéridos o hipertensión arterial.
Alimentos muy convenientes. Son los que contienen mucha agua y pueden comerse libremente. Se encuentran en la acelga, apio, alcachofa, berenjena, berros, brócoli, calabaza, calabacín, cebolla, etc.
Alimentos convenientes. Son los alimentos que pueden ser consumidos por la persona diabética sin exceder la cantidad ordenada por el nutricionista. En estos se encuentran las harinas: Arroz, pastas, avena, cebada, fríjol, lenteja, garbanzo, soya, alverjas, habas, panes integrales y galletas integrales o de soja. En las frutas son convenientes las fresas, mandarina, piña, pera, manzana, etc. En cuanto a los lácteos se deben procurar tomar siempre desnatados.
Alimentos que el diabético no debe tomar: Carbohidratos simples como el azúcar, la panela, miel, melazas, chocolates, postres endulzados con azúcar, helados y dulces en general. También son inconvenientes las grasas de origen animal como las carnes grasas, embutidos, mantequilla, mayonesas, manteca, tocino, etc.
Cómo debe ser el horario de las comidas. Hay que comer cada 3 a 4 horas (alimentación fraccionada) ya que de esta manera se evita una subida brusca de azúcar hipoglucemia o una bajada del nivel de azúcar en la sangre. El alimento se ajusta a la acción de los medicamentos para el tratamiento de la diabetes, sean estos en pastillas o mediante insulina inyectada.

6.  Datos de interés sobre la diabetes

*  Alrededor de 171 millones de personas eran diabéticas en el mundo en el año 2000 y llegarán a 370 millones en 2030.
* Hay millones de personas en el mundo que son diabéticos y no lo saben porque están sin diagnosticar por un médico.
* Un diabético bien controlado medicamente puede hacer una vida prácticamente normal, sólo debe llevar una alimentación correcta de acuerdo con sus niveles de azúcar en sangre y con la insulina que se tiene que poner.

7.  Avances médicos en el tratamiento de la diabetes.

Un trasplante de células madre para olvidarse de la diabetes tipo 1

§    Un especial de la revista 'JAMA' evalúa las distintas opciones para los diabéticos
§    La inyección de células del propio paciente elimina la necesidad de recurrir a la insulina
§    La terapia, todavía experimental, presenta algunos riesgos que pueden limitar su difusión

Liberarse de su dosis diaria de insulina es el sueño de cualquier diabético. Un sueño que puede estar más cerca de hacerse real gracias al autotrasplante de células madre de la sangre. El último número de la revista 'Journal of the American Medical Association (JAMA)', dedicado por completo a esta enfermedad que afecta a más de 30 millones de personas en el mundo, incluye un estudio que muestra que este trasplante ha permitido a 20 pacientes olvidarse de los pinchazos de insulina durante, al menos, un año.
Los autores de la investigación, de las Universidades de Sao Paulo (Brasil) y Northwestern (EEUU), querían comprobar si los buenos resultados obtenidos con el autotrasplante a 15 personas en un ensayo de 2007 se debían a que esta técnica realmente aumenta los niveles de péptidos C (moléculas de aminoácidos precursoras de la insulina que se usan como indicadores para evaluar el estado de los diabéticos) y la función de las células beta (las encargadas de producir insulina) o si la mejoría mostrada por los pacientes era una consecuencia de los cambios que hicieron en la dieta y el ejercicio tras la operación.
Para salir de dudas, el equipo analizó a 23 individuos brasileños entre 13 y 31 años con diabetes tipo 1 diagnosticada recientemente (en las seis semanas previas) que se sometieron a un trasplante de células madre hematopoyéticas entre 2004 y 2008. El proceso consiste en extraer las células madre de la sangre del propio paciente para tratarlas y volverlas a introducir en el organismo mediante leucoféresis (infusión intravenosa de las células). Entre uno y otro paso, los pacientes recibieron dosis diarias de ciclofosfamida -un inmunosupresor y antitumoral- para reducir sus niveles de leucocitos y que pudieran aceptar bien las células madre. El tiempo medio de estancia en el hospital fue de 18 días.
Los investigadores siguieron a todos durante un periodo medio de 30 meses. De todos los autotrasplantados, 20 consiguieron prescindir de la insulina durante un año por lo menos. Uno de ellos estuvo sin necesitar esta terapia durante más de cuatro años (hasta que acabó su seguimiento), cuatro estuvieron sin ella durante tres años y tres pacientes durante dos años. Doce pacientes se olvidaron por completo de la insulina, mientras que en ocho casos los individuos tuvieron que recurrir a inyecciones con una dosis baja en algún momento tras el procedimiento.
"El estudio de 2007 podía hacer sospechar que la mejoría de estos diabéticos eran consecuencia de los cambios en la alimentación que realizaron, pero nuestros resultados muestran que el trasplante aumenta los niveles de péptidos C durante los primeros 24 meses tras el autotrasplante y que se mantienen en el tiempo, lo que favorece que el propio organismo produzca insulina y no necesite administrarla por vía externa", concluyen los investigadores, para quienes "en el momento actual, el trasplante de células madre es el único tratamiento capaz de revertir la diabetes tipo 1 en humanos".

Algunos inconvenientes
No obstante, los expertos advierten de que la técnica no está exenta de riesgos. Además de los efectos secundarios típicos experimentados por los pacientes como naúseas, vómitos, fiebre y alopecia, algunos también sufrieron neumonía, cuadros de toxicidad (por lo agresivo del proceso) y otras infecciones.
Un editorial que acompaña al estudio, firmado por David M. Nathan, del Centro de Diabetes del Hospital General de Massachusetts (EEUU), explica que "aunque se trata del primer trabajo que proporciona evidencias de la remisión de la enfermedad a largo plazo, los efectos secundarios pueden pesar más que los beneficios. Antes de extender la técnica se necesitan más ensayos clínicos con un amplio periodo de duración".
Francisco Bedoya, investigador del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER, señala a elmundo.es que "los resultados, que se refieren a ensayos clínicos en fase 1 y 2, son muy buenos y esperanzadores , con un alto porcentaje pacientes que pudieron prescindir de la insulina al menos temporalmente".
Para este experto, que también es profesor de la Universidad Pablo de Olavide, "parece que el efecto de este tratamiento sea consecuencia de una estimulación de la capacidad regenerativa del páncreas endocrino que todavía persiste en pacientes recién diagnosticados, aunque esta es una hipótesis que debe ser estudiada con más detalle". "Los siguientes ensayos deberán comprobar si estos resultados se repiten en pacientes con diabetes desde hace más tiempo", concluye Bedoya.

Las otras 'curas' posibles
Durante los últimos 40 años, los médicos y los pacientes han sido testigos de los enormes avances realizados para ayudar a las personas con diabetes a mantener sus niveles de glucosa estables. Lo último que puede llegar, aunque aún sólo es una idea, es el páncreas artificial, un dispositivo diseñado para imitar las funciones del páncreas real y que a través de diversos sensores responde a los cambios de glucosa del cuerpo y va liberando insulina.
En el desarrollo de esta herramienta trabajan varios equipos con una preocupación en mente: la seguridad. "Un utensilio que dispensa de forma automática una sustancia tan potente como la insulina tiene que estar muy bien diseñado y hay que hacer muchas pruebas que evalúen su seguridad y eficacia", recoge otro artículo del monográfico de 'JAMA'.
Por su parte, los trasplantes de islotes pancreáticos también ocupan páginas. Investigadores del City of Hope National Medical Center de Duarte (California) y de la Universidad de Alabama, señalan que la utilización de estos islotes (que proceden de páncreas donados y se itroducen a través de una infusión intravenosa) pueden jugar un papel muy importante en los futuros tratamientos. Sin embargo, tienen dos inconvenientes aún sin resolver: la escasez de donaciones y el alto costo de su obtención.

Trabajo Alzheimer - 2º ESO



Jesús, Pablo, Germán y Raúl. 2ºA E.S.O.       (Marzo-2012)

 

La enfermedad de Alzheimer


1. Introducción

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad irreversible y progresiva del cerebro que lentamente destruye la memoria y las aptitudes del pensamiento, y con el tiempo, hasta la capacidad de llevar a cabo las tareas más simples. En la mayoría de las personas afectadas con esta enfermedad, los síntomas aparecen por primera vez después de los 60 años de edad.
El Alzheimer es la causa más común de demencia en las personas mayores. La demencia es la pérdida del funcionamiento cognitivo, o sea, pensar, recordar y razonar, a tal grado que interfiere con la vida y las actividades diarias de una persona. Las cifras calculadas varían, pero los expertos sugieren que el número de personas que padecen de esta enfermedad puede ser tan alto como 5.1 millones de Estadounidenses.
La enfermedad toma su nombre del Dr. Alois Alzheimer. En 1906, el Dr. Alzheimer notó cambios en los tejidos del cerebro de una mujer que había muerto de una rara enfermedad mental. Sus síntomas incluían pérdida de la memoria, problemas de lenguaje y comportamiento impredecible. Después que la mujer murió, el Dr. Alzheimer examinó su cerebro y descubrió varias masas anormales (actualmente llamadas placas amiloideas) y bultos retorcidos de fibras (actualmente llamados ovillos o nudos neurofibrilares).
Las placas y los ovillos en el cerebro son dos de las características principales de esta enfermedad. La tercera característica es la pérdida de las conexiones entre las células nerviosas (las neuronas) y el cerebro.

2. Cambios en el cerebro en la enfermedad de Alzheimer

A pesar de que no sabemos qué inicia el proceso de la enfermedad de Alzheimer, sabemos que el daño al cerebro empieza de 10 a 20 años antes de que algún problema sea evidente. Los ovillos empiezan a desarrollarse en la parte profunda del cerebro, en una zona llamada corteza entorinal, y las placas se forman en otras zonas. A medida que se van formando más y más placas y ovillos en zonas particulares del cerebro, las neuronas sanas empiezan a funcionar con menos eficacia. Luego pierden su habilidad de funcionar y comunicarse entre sí, y finalmente mueren. Este perjudicial proceso se propaga a una estructura cercana, llamada el hipocampo, el cual es esencial en la formación de recuerdos.
A medida que aumenta la muerte de las neuronas, las regiones afectadas del cerebro empiezan a encogerse. Cuando se acerca la fase final de la enfermedad, los daños se han extendido ampliamente y los tejidos del cerebro se han encogido considerablemente.
Señales y síntomas muy tempranos
Los problemas de la memoria son una de las primeras señales del Alzheimer. Algunas personas que tienen problemas de la memoria tienen una condición llamada deterioro cognitivo leve de tipo amnésico (DCL o MCI en inglés). Las personas afectadas con este deterioro tienen más problemas de los que normalmente tienen las personas de su misma edad, pero sus síntomas no son tan severos como los de aquellas que tienen la enfermedad. Cuando son comparadas con personas que no tienen DCL, la mayoría de las personas que sí lo tienen terminan desarrollando el Alzheimer.
Otros cambios también pueden ser señal de las etapas muy tempranas de la enfermedad. Por ejemplo, imágenes del cerebro y estudios de marcadores biológicos de personas que tienen DCL y de personas que tiene un historial familiar de padecimiento de Alzheimer, han empezado a detectar cambios tempranos en el cerebro que son similares a los encontrados en esta enfermedad. Estos resultados tendrán que ser corroborados por otros estudios, pero parecen ser prometedores. Otros estudios recientes han descubierto vínculos entre algunos problemas de movimiento y el DCL. Los investigadores también han notado vínculos entre algunos problemas con el sentido del olfato y problemas cognitivos.
Estos resultados ofrecen la esperanza de que algún día podamos tener las herramientas que podrían ayudar a detectar la enfermedad de Alzheimer temprano, delinear el curso de la enfermedad y monitorear la respuesta a los tratamientos.
Enfermedad de Alzheimer leve
A medida que la enfermedad va avanzando, la pérdida de la memoria continúa y surgen cambios en otras capacidades cognitivas. Los problemas pueden incluir perderse, dificultad para manejar el dinero y pagar las cuentas, repetir las preguntas, tomar más tiempo para completar las tareas diarias normales, juicio deficiente y pequeños cambios en el estado de ánimo y en la personalidad. Las personas frecuentemente son diagnosticadas durante esta etapa.
Enfermedad de Alzheimer moderada
En esta etapa, el daño ocurre en las áreas del cerebro que controlan el lenguaje, el razonamiento, el procesamiento sensorial y el pensamiento consciente. La pérdida de la memoria y la confusión aumentan, y las personas empiezan a tener problemas para reconocer a familiares y amigos. Tal vez no puedan aprender cosas nuevas, llevar a cabo tareas que incluyen múltiples pasos (tales como vestirse) o hacer frente a situaciones nuevas. Es posible que tengan alucinaciones, delirio y paranoia, y quizás se comporten impulsivamente.
Enfermedad de Alzheimer severa
Al llegar a la etapa final, las placas y ovillos se han extendido por todo el cerebro y los tejidos del cerebro se han encogido considerablemente. Las personas que padecen de una enfermedad de Alzheimer severa no pueden comunicarse y dependen  de otros para su cuidado. Cerca del final, la persona quizás pase en cama la mayor parte o todo el tiempo a media que el cuerpo va dejando de funcionar.

3. Qué causa la enfermedad de Alzheimer

Los científicos todavía no entienden completamente qué causa esta enfermedad, pero está claro que se desarrolla debido a una compleja serie de eventos que ocurren en el cerebro a través de un largo periodo de tiempo. Es probable que las causas incluyan factores genéticos, ambientales y del estilo de vida. Debido a que las personas difieren en cuanto a su composición genética y sus estilos de vida, la importancia de estos factores para prevenir o retrasar esta enfermedad varía de persona a persona.
Lo fundamental sobre la enfermedad de Alzheimer
Los científicos están realizando estudios para aprender más sobre las placas, los ovillos y otras características de la enfermedad. Actualmente pueden visualizar las placas obteniendo imágenes de los cerebros de personas vivientes. También están explorando los pasos más tempranos del proceso de la enfermedad. Los resultados de estos estudios les ayudarán a entender las causas de la enfermedad.
Uno de los grandes misterios de la enfermedad de Alzheimer es por qué afecta principalmente a los adultos mayores. Los estudios que investigan cómo el cerebro cambia normalmente con la edad están esclareciendo esta pregunta. Por ejemplo, los científicos están aprendiendo cómo los cambios en el cerebro relacionados a la edad pueden perjudicar a las neuronas y contribuir a los daños del Alzheimer. Estos cambios relacionados a la edad incluyen la atrofia (encogimiento) de ciertas partes del cerebro, inflamación y la producción de moléculas inestables llamadas radicales libres.

Factores genéticos
En un número muy pequeño de familias, las personas desarrollan la enfermedad de Alzheimer en la tercera, cuarta y quinta década de su vida. Muchas de estas personas tienen una mutación, o cambio permanente, en uno de tres genes que han heredado de uno de sus padres. Sabemos que estas mutaciones de los genes causan Alzheimer en estos casos de familia en los cuales la enfermedad aparece tempranamente. No todos los casos en los cuales la enfermedad aparece tempranamente son causados por tales mutaciones.
La mayoría de las personas que padecen de Alzheimer tienen el tipo llamado Alzheimer de aparición tardía, la cual usualmente se desarrolla después de la edad de 60 años. Muchos estudios han vinculado un gene llamado apolipoproteina E (APOE) a la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Este gene tiene varias formas. Una de ellas, APOE 4, aumenta el riesgo de que una persona contraiga la enfermedad. Cerca de un 40 por ciento de todas las personas que desarrollan Alzheimer de parición tardía son portadoras de este gene. Sin embargo, ser portador de la forma APOE 4 del gene no significa necesariamente que una persona desarrollará la enfermedad, y las personas que no son portadoras de las formas APOE 4 del gene también pueden desarrollar la enfermedad.
La mayoría de los expertos creen que hay genes adicionales que pueden influenciar de alguna manera el desarrollo de Alzheimer de aparición tardía. Científicos alrededor del mundo están buscando estos genes. Los investigadores han identificado variantes de los genes SORL1, CLU, PICALM y CR1, los cuales pueden tener un rol en el riesgo de desarrollar Alzheimer de aparición tardía. Para obtener más información sobre esta área de investigación, consulte la hoja de información llamada Alzheimer’s Disease Genetics Fact Sheet, disponible en inglés en www.nia.nih.gov/alzheimers.

Factores relacionados al estilo de vida
Una dieta nutritiva la actividad física y la participación en situaciones y relaciones sociales y en actividades mentalmente estimulantes son todos factores que pueden ayudar a las personas a permanecer sanas. Los nuevos estudios sugieren la posibilidad de que estos factores también pueden ayudar a reducir el riesgo de una declinación cognitiva y de contraer la enfermedad. Los científicos están investigando las conexiones entre la declinación cognitiva y ciertas condiciones vasculares y metabólicas tales como las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales), la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad. Entender estas relaciones y comprobarlas en investigaciones clínicas puede ayudarnos a entender si la reducción de ciertos factores de riesgo asociados con esas enfermedades también puede ayudar con la enfermedad de Alzheimer.

4. Cómo se diagnostica la enfermedad de Alzheimer

El Alzheimer se puede diagnosticar de manera definitiva únicamente después de ocurrida la muerte. El diagnóstico se hace vinculando la trayectoria clínica de la enfermedad con un examen de los tejidos cerebrales y una patología durante una autopsia. Pero los médicos ahora tienen varios métodos y herramientas que les ayudan a determinar con bastante precisión si una persona que está teniendo problemas de la memoria “posiblemente tiene Alzheimer” (la demencia puede ser debida a otra causa)o “probablemente tiene Alzheimer” (no se encuentra otra causa que explique la demencia). Para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, los médicos hacen lo siguiente:
§  Preguntan sobre la salud general de la persona, sus problemas médicos previos y su capacidad para realizar actividades diarias, y sobre cambios en el comportamiento y en la personalidad
§  Realizan pruebas relacionadas a la memoria, a la capacidad de resolver problemas, prestar atención y contar, y a las habilidades de lenguaje.
§  Llevan a cabo pruebas médicas, tales como pruebas de sangre, orina y fluido espinal.
§  Efectúan gamagrafías del cerebro, tales como la tomografía computarizada (TAC o CT en inglés), o las imágenes por resonancia magnética (IRM o MRI en inglés).
Estas pruebas pueden ser repetidas para darles a los médicos información sobre cómo la memoria de la persona está cambiando a través del tiempo.
El diagnóstico anticipado es beneficioso por varias razones. Obtener un diagnóstico anticipado e iniciar el tratamiento en las etapas tempranas de la enfermedad puede ayudar a preservar el funcionamiento de una persona desde meses hasta años, a pesar de que el proceso subyacente de la enfermedad no puede ser cambiado. Obtener un diagnostico anticipado también ayuda a las familias a planear para el futuro, hacer arreglos de vivienda, ocuparse de asuntos financieros y legales, y desarrollar redes de apoyo. Además, un diagnóstico anticipado puede brindar una mayor oportunidad para que las personas se involucren en investigaciones clínicas. En investigaciones clínicas, los científicos prueban drogas o tratamientos para determinar cuáles son los más efectivos y para quiénes funcionan mejor. (Para más información, consulte el cuadro sobre investigaciones clínicas. Continúe abajo.)
5. Cómo es el tratamiento para la enfermedad de Alzheimer
El Alzheimer es una enfermedad compleja y no existe una única “varita mágica” que probablemente la pueda prevenir o curar. Por eso los tratamientos actuales se concentran en varios aspectos diferentes, inclusive en ayudar a las personas a mantener su funcionamiento mental, en manejar los síntomas relacionados al comportamiento, y en desacelerar, retrasar o prevenir la enfermedad. Además también hay distintos medicamentos que se usan en función del grado de Alzheimer.
Estos medicamentos funcionan regulando a los neurotransmisores (los agentes químicos que transmiten mensajes entre las neuronas). Pueden ayudar a mantener las habilidades relacionadas al pensamiento, a la memoria y al habla, y ayudar con ciertos problemas del comportamiento. Sin embargo, estos medicamentos actualmente no curan, simplemente hacen que el proceso de la enfermedad vaya más lento.

6. Los síntomas más comunes relacionados al comportamiento

Los síntomas comunes de la enfermedad de Alzheimer relacionados al comportamiento incluyen insomnio, agitación, deambulación, ansiedad, enojo y depresión. Los científicos están aprendiendo por qué ocurren esos síntomas y están estudiando nuevos tratamientospara manejarlos. Tratar los síntomas relacionados al comportamiento a menudo hace que las personas con Alzheimer se sientan más cómodas y hace más fácil el trabajo de las personas encargadas de cuidarlas.

7.  Cómo desacelerar, retrasar o prevenir la enfermedad de Alzheimer
La investigación sobre la enfermedad se ha desarrollado a un punto tal que los científicos pueden extender sus esfuerzos más allá del tratamiento de los síntomas y pensar en cómo combatir el proceso subyacente de la enfermedad. En investigaciones clínicas continuas, los científicos están contemplando muchas intervenciones posibles, tales como tratamientos cardiovasculares y contra la diabetes, antioxidantes, terapia de inmunizaciones, capacitación cognitiva y actividad física.

8. Cómo apoyar a las familias y a las personas que cuidan a los enfermos

Cuidar a una persona que padece de la enfermedad de Alzheimer puede tener altos costos físicos, emocionales y financieros. Las demandas del cuidado diario, el cambio en las funciones de la familia y las duras decisiones relacionadas a la colocación del enfermo en un centro de cuidados pueden ser muy difíciles de manejar. Los científicos están aprendiendo mucho sobre el cuidado de las personas que padecen de Alzheimer, y los estudios están ayudando a los expertos a desarrollar nuevas maneras de brindar apoyo a las personas encargadas de cuidar a los enfermos.
Llegar a estar bien informado sobre la enfermedad es una estrategia a largo plazo importante. Los programas que instruyen a las familias sobre las diferentes etapas de la enfermedad de Alzheimer y sobre estrategias flexible y prácticas para manejar situaciones difíciles cuando se proporcionan cuidados, proveen una ayuda vital a aquellas personas que cuidan a individuos afectados con esa enfermedad.
Desarrollar tácticas útiles para enfrentar las dificultades y una sólida red de apoyo que incluye a familiares y amigos, también son maneras importantes por medio de las cuales las personas encargadas de proporcionar cuidados pueden ayudarse a sí mismas a manejar el estrés de cuidar a un ser querido que padece de Alzheimer. Por ejemplo, mantenerse activo físicamente proporciona beneficios físicos y emocionales.
Algunas de las personas encargadas de cuidar a los enfermos con Alzheimer han descubierto que la participación en un grupo de apoyo es una fuente fundamental de ayuda. Estos grupos de ayuda les permiten a las personas encargadas de proporcionar cuidados conseguir un descanso, expresar preocupaciones, compartir experiencias, obtener consejos y recibir apoyo emocional. La Asociación de Alzheimer, los Centros de Alzheimer y muchas otras organizaciones patrocinan grupos de apoyo en persona y en línea a través de todo el país. El número de grupos para personas que están en la etapa inicial de la enfermedad y sus familias está aumentando. Las redes de apoyo pueden ser particularmente valiosas cuando las personas encargadas de proporcionar cuidados enfrentan la difícil decisión de si deben o no colocar a un ser querido en un asilo de ancianos o en un establecimiento de vivienda con asistencia, y cuándo deben hacerlo.
Para más información sobre las personas que proporcionan cuidados en el hogar, consulte las guías llamadas: Guia para quienes cuidan a personas con Alzheimer y Protección en el hogar para las personas con la enfermedad de Alzheimer.

9. Avances

Hace treinta años sabíamos muy poco sobre el Alzheimer. Desde entonces, los científicos han logrado muchos avances importantes. Las investigaciones financiadas por el NIA y otras organizaciones han expandido el conocimiento de la función del cerebro en las personas mayores sanas, han identificado tácticas que podemos usar para disminuir la declinación normal del funcionamiento mental relacionado al envejecimiento y han profundizado nuestro entendimiento de la enfermedad. Actualmente, muchos científicos y médicos están trabajando conjuntamente para desenredar los factores genéticos, biológicos y ambientales que, con el transcurso de muchos años, al final resultan en la enfermedad de Alzheimer. Este esfuerzo nos está acercando al día en que vamos a poder manejar efectivamente o hasta prevenir esta devastadora enfermedad.